El presidente argentino Javier Milei avanza con su "plan motosierra", preparando una nueva ronda de despidos en el sector público. Este domingo, alrededor de 5,000 trabajadores de la administración nacional perderán sus empleos debido al vencimiento de sus contratos de planta transitoria. Estos cesanteados forman parte de un grupo más amplio de 50,000 agentes públicos cuyos contratos fueron prorrogados a finales de marzo, cuando se produjo la ola de despidos más grande de la gestión libertaria.

La nueva ola de despidos afectará principalmente a trabajadores de ministerios y secretarías ya eliminadas, como la de Mujeres y Géneros, pero también alcanzará a organismos autárquicos como el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Aunque esta tanda no sea tan masiva como las anteriores, el objetivo a mediano plazo de Milei es eliminar de forma progresiva la planta total de contratados en la administración nacional, reflejando su visión de un Estado más reducido y eficiente.

 Un informe reciente presentado al gabinete revela el impacto significativo de estas medidas en los primeros seis meses de gestión: el Gobierno ya ha despedido a 18,019 contratados estatales, reduciendo su planta de 72,000 trabajadores a 53,981. Esta disminución del 25% en la fuerza laboral pública subraya la determinación del gobierno de Milei para implementar su agenda de austeridad.

Las medidas de Milei han generado preocupación entre los sindicatos y los trabajadores del sector público, quienes temen por la estabilidad laboral y el impacto en los servicios estatales. Sin embargo, el gobierno argumenta que estas acciones son necesarias para reducir el gasto público y mejorar la eficiencia del Estado. El "plan motosierra" continúa siendo un tema controvertido en la política argentina, con defensores que lo ven como un paso necesario hacia la recuperación económica y críticos que advierten sobre sus posibles consecuencias sociales.