En la localidad salteña de Campo Santo, una joven vivió una experiencia aterradora que parece traer de vuelta una de las leyendas más antiguas del norte argentino: el Familiar. Según relató que mientras caminaba junto a una amiga cerca del ingenio azucarero local, notó la presencia de un perro negro de tamaño descomunal con ojos brillantes como brasas. “Se levantó sobre sus patas traseras, como si fuera humano. Fue espantoso”, expresó.
El Familiar, conocido como el guardián oscuro de los ingenios, forma parte del folclore regional desde hace siglos. Este ser mitológico, según se cuenta, sería el Diablo en persona, convocado mediante oscuros pactos para proteger las riquezas de los patrones y mantener a raya a los obreros. En esta ocasión, el ente no solo se dejó ver, sino que parecía perseguir a la joven, quien logró escapar tras correr a toda velocidad.
Historias que alimentan el miedo
El reciente avistamiento no es el primero en la zona. Años atrás, otra mujer aseguró haber visto un perro negro de características similares merodeando el mismo ingenio. La leyenda del Familiar, que históricamente tomaba forma de perro, caballo o serpiente negra, simboliza el control y el miedo instaurados durante la época de auge de los ingenios azucareros, donde miles de obreros vivían bajo condiciones infrahumanas.
¿Un mito o algo más?
Las historias sobre el Familiar no solo mantienen viva la tradición oral, sino que invitan a reflexionar sobre el impacto histórico de los ingenios en la región. Mientras tanto, quienes transitan cerca de los cañaverales de Campo Santo prefieren hacerlo a plena luz del día, evitando cualquier encuentro con el oscuro espectro que parece seguir rondando.