Ayer por la madrugada, la tecnología volvió a ser más efectiva que la honestidad: las cámaras del 911, siempre atentas y sin pestañear, captaron a un grupo de agentes de tránsito municipales que, con descaro, cobraban coimas a un remisero en el pasaje Chiclana, cerca del Hogar Escuela. Eran las 3:50 y, mientras la ciudad dormía, la corrupción hacía horas extras.
La escena era casi cómica, si no fuera trágica, ocho agentes de tránsito exigieron 30.000 pesos a un remisero que no tenía toda su documentación al día. Lamentablemente para ellos, no contaban con que las cámaras estaban grabando todo en Full HD. Apenas se detectó el ilícito, la policía llegó al lugar y los trasladado, no al “hogar”, sino directamente a la Comisaría N°8.
El video ahora está bajo custodia judicial, esperando el estrellato en algún juicio donde los involucrados deberán explicar su actuación. Por otro lado, se espera que el remisero afectado oficialice su denuncia, ya que su papel en este drama es clave para que la historia tenga un final contundente.
En redes sociales, la indignación hierve más rápido que el agua para el mate. Entre comentarios que van desde el humor ácido hasta la furia desatada, los usuarios exigen transparencia, controles serios y un verdadero cambio en la gestión del tránsito. Porque si algo quedó claro, es que los controles en Salta están más descontrolados que nunca.
Por ahora, solo queda esperar el desenlace de este bochornoso episodio, mientras nos preguntamos si, al final, serán las cámaras las que pongan orden en nuestras calles.