La inseguridad en Salta no discrimina, y ni siquiera los uniformados están a salvo. En enero pasado, un efectivo policial que circulaba en su motocicleta por la ruta provincial 99 se detuvo para atender una llamada. En ese momento, dos delincuentes que se movilizaban en otra moto se acercaron, le arrebataron el celular y huyeron rápidamente hacia el barrio Sarmiento, en la zona oeste de la ciudad.
El caso no quedó impune. Gracias al trabajo del Grupo Investigativo Sector 1 A y la delegación San Lorenzo, se analizaron cámaras de seguridad y otras pruebas que permitieron identificar a uno de los sospechosos. El fiscal penal 2, Ramiro Ramos Ossorio, fue el encargado de imputar al hombre por el delito de robo.
Aunque ya hay un detenido, la investigación continúa para dar con el paradero del segundo implicado y esclarecer todos los detalles del caso. Este hecho refleja una vez más la creciente ola de inseguridad que afecta a la provincia, donde incluso quienes deben proteger a la ciudadanía se convierten en víctimas.
Mientras las autoridades trabajan para frenar estos delitos, los salteños siguen en alerta, esperando que casos como este no se repitan. La lucha contra la inseguridad parece no tener fin, pero cada detención es un paso hacia la justicia.