La comunidad religiosa de Salta se encuentra de luto tras el repentino fallecimiento del Vicario Episcopal de la Catedral Basílica, Padre Javier Romero, ocurrido este sábado. El querido sacerdote, conocido por su dedicación y cercanía con los fieles, había enfrentado recientemente problemas de salud que lo mantuvieron alejados de sus funciones habituales.

Semanas antes de la tradicional fiesta del Milagro, el Padre Romero fue internado en una clínica local debido a lo que se describe como un pico de estrés y otras complicaciones médicas. A pesar de su condición, el religioso logró participar de la procesión del Milagro desde la ventana de su habitación hospitalaria, recibiendo incluso la bendición de los Patronos de Salta durante el recorrido de las imágenes.

 Lamentablemente, poco antes de las 21 horas del sábado, fuentes cercanas confirmaron su deceso. El Padre Romero, quien había recibido la alta médica del sanatorio El Carmen la semana pasada, fue encontrado sin vida en su dormitorio, dejando consternada a la comunidad que tanto lo apreciaba por su labor como vocero de la Catedral y su dedicación pastoral.

 La pérdida del Padre Javier Romero deja un vacío significativo en la Iglesia salteña. Su figura era ampliamente reconocida no solo por su trabajo en la Catedral Basílica, sino también por su frecuente interacción con los medios de prensa locales, donde se desempeñaba como portavoz oficial, transmitiendo el mensaje de la Iglesia con claridad y calidez.

Para honrar su memoria y permitir a la comunidad despedirse, el cuerpo del Padre Javier Romero será velado en el Arzobispado de Salta, ubicado en España 596, a partir de las primeras horas del domingo 6 de octubre. El lunes 7, sus restos serán trasladados a la Catedral Basílica, donde se celebrará una Misa exequial a las 09:00 horas, brindando un último homenaje a quien dedicó su vida al servicio de la fe y la comunidad salteña.