El lunes por la tarde, la paciencia de los vecinos de Villa San Antonio llegó a su límite. De camino a su entrenamiento de artes marciales un adolescente fue interceptado por un ladrón armado que intentó despojarlo de su mochila y celular. Lo que el delincuente no esperaba era que los gritos del joven convocaran a una patrulla vecinal improvisada que terminó atrapándolo en plena acción.
Los vecinos no se anduvieron con vueltas. Una vez capturado en la esquina de Buenos Aires y Avenida Independencia, a metros de la Plaza Che Guevara, ataron al ladrón con cables y lo mantuvieron bajo control hasta que llegó la policía. El improvisado método de contención rápidamente se hizo viral gracias a los videos que circularon en WhatsApp y Facebook, donde la comunidad no tardó en aplaudir la acción.
"Acá no robás más", sentenció una vecina mientras comentaba la creciente preocupación del barrio. Según ellos, los robos no solo aumentaron, sino que los involucrados suelen ser jóvenes de otras zonas que entran al barrio para consumir drogas y, de paso, "apretar" a los vecinos. "Esto ya es tierra de nadie", lamenta.
El video del ladrón "atado y asegurado" no tardó en generar debate en las redes sociales. Mientras algunos celebran la valentía de los vecinos, otros advierten sobre los riesgos de tomarse la justicia por mano propia. "No queremos ser héroes, queremos seguridad", expresó un habitante cansado de vivir en alerta constante.
La policía tomó cartas en el asunto, pero los vecinos siguen en vilo. Villa San Antonio parece haber dado un mensaje claro: la comunidad unida puede más que el miedo. Sin embargo, la solución de fondo sigue siendo una deuda pendiente.