Ángel Vilte, empleado en negro de la Municipalidad de Quijano, sufrió un grave accidente laboral el 18 de marzo. Mientras realizaba mantenimiento en una plaza, una bordeadora arrastrada por un tractor le provocó una fractura expuesta en la pierna. Su esposa denuncia el abandono: "Lo dejaron tendido una hora, sin ayuda inmediata".
Tras una cirugía tardía y un alta médica apresurada, la familia enfrenta un calvario. Con cinco hijos (de 2 a 13 años) y recién recuperados de una inundación que los dejó sin nada, ahora luchan contra la indiferencia municipal. "Desde el 4 de junio, ni nos responden", revela su esposa.
Lo más grave: Vilte aún no recibe los $120.000 correspondientes a junio, dinero vital para su tratamiento y sustento. "No tenemos ni para los traslados médicos", confiesa su pareja, desesperada. La Municipalidad prometió apoyo inicial, pero luego rompió todo contacto.
El encargado, Paco Vilte, llamó a la ambulancia... y se fue. Mientras Ángel esperaba sangrando, la obra social demoró días en actuar. Hoy, su recuperación es lenta y la familia vive en incertidumbre: "Este accidente nos arruinó la vida".
¿Dónde está la responsabilidad laboral?
En casos como este, sin contrato, los trabajadores quedan desprotegidos ante accidentes. Y lo más grave: quien debería dar el ejemplo, es quien omite la normativa. Fuente: Frente a Frente