"El ladrón de la Pelopincho"

"El ladrón de la Pelopincho"

En plena madrugada, un insólito llamado al 911 sacudió la calma del Barrio Bicentenario en Tartagal. Un vecino reportó un delito que bien podría inspirar una película de humor: un hombre de 26 años fue sorprendido intentando robar una pileta Pelopincho. Sí, una pileta. Al parecer, el verano ya no solo calienta el clima, sino también las decisiones cuestionables.

La policía, veloz como un rayo (o casi), llegó al lugar. Al arribar, se encontraron con un improvisado comité vecinal que había atrapado al presunto ladrón y lo retenía hasta su llegada. La pileta, un modelo celeste de 70x40 cm, había sido sustraída del predio de un negocio familiar. En una escena digna de telenovela barrial, la víctima relató con indignación cómo el acusado intentó llevarse el "lujo acuático" destinado a refrescar a su clientela.

Según las fuentes policiales, el presunto delincuente terminó con varias heridas cortantes y golpes "superficiales". Aunque no está claro si los vecinos lo confundieron con una piñata o si simplemente tuvo un mal encuentro con las leyes de la física, lo cierto es que antes de ser trasladado a la comisaría, el hombre tuvo una parada técnica en el hospital.

¿Mala suerte o una lección de vida? Quizás el ladrón subestimó la capacidad de vigilancia del barrio o sobreestimó el valor de una pileta inflable. Lo que queda claro es que, en Tartagal, hasta los chapuzones fallidos tienen sus consecuencias.

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