En El Toro, una escuelita enclavada en plena Puna salteña, Giovani, un niño de sexto grado, sueña con convertirse en futbolista profesional. Vive a 3.480 msnm, donde "la pelota no dobla", pero los sueños sí vuelan alto. Quiere ayudar a sus padres y conocer el mundo, con la esperanza de jugar algún día en River y conocer a los ídolos de la Selección argentina. Su historia emociona y refleja cómo, incluso en los lugares más alejados, la pasión por el fútbol late con fuerza.
En una actividad escolar, escribió a mano su perfil: "Nací en Puesto Grande y mi sueño es ser futbolista profesional para ayudar a mis padres y viajar por el mundo". Así comienza el relato que compartió con orgullo junto a un equipo de periodistas que visitó su escuela. Bajo el delantal escolar esconde una camiseta de Juventud Antoniana y en cada recreo corre detrás de una pelota amarilla desgastada, soñando con gambetas que lo lleven lejos.
En un reciente “clásico” contra la escuelita de Las Cuevas, a 35 km de distancia, Giovani y sus amigos cayeron 3 a 2. No marcó goles, pero no pierde la esperanza. “Faltaron algunos jugadores”, dice, justificando la derrota como un verdadero defensor. El partido fue crónica de clase y aprendizaje, una forma de enseñar desde la emoción y el juego.
Lejos de todo, Giovani regresa cada día con sus padres a su humilde hogar, mientras otros 30 alumnos deben quedarse en la escuela por la distancia. Analía, una compañera, camina más de 60 km desde Lare Grande para asistir a clases. En este rincón olvidado de la provincia, estudiar es un acto de coraje diario.
También lo es enseñar, los docentes recorren caminos difíciles y dejan a sus propias familias para formar a los chicos. Osvaldo Barrientos, director de la escuela, lo resume con firmeza: “Primero grandes personas, después grandes profesionales. Ellos también tienen posibilidades”.
El sueño de Giovani no es solo suyo: representa a cientos de niños del interior que merecen ser vistos. Desde un rincón olvidado, hace patria con una pelota en los pies y el corazón lleno de ilusión. Solo necesita una oportunidad para poder volar alto.