Era la madrugada del 1 de enero de 2025 cuando la tranquilidad de calle Deán Funes al 1300, en Salta, se vio alterada por un gesto destacable. Una vecina, aún con el eco de los festejos de Año Nuevo, divisó a un pequeño de aproximadamente 2 años completamente solo. Sin dudarlo, tomó su celular y envió un mensaje a Que Pasa Salta, relatando lo ocurrido. Esa simple acción marcó la diferencia entre la vulnerabilidad y la esperanza.
Minutos después, a las 4:15 de la madrugada, un móvil policial llegó al lugar. Allí estaba el bebé, desamparado pero en buen estado de salud. Las autoridades actuaron rápidamente, brindándole asistencia y trasladándolo a un lugar seguro. Por ahora, las circunstancias de su abandono están bajo investigación, mientras la comunidad sigue conmocionada por este caso que evidencia la importancia de estar atentos al prójimo.
Este hecho, que pudo haber terminado en tragedia, deja en evidencia la fuerza de los pequeños actos de solidaridad. Las acciones de una vecina permitió que un bebe abandonado a su suerte comenzara el año en un entorno de cuidado y protección. A veces, un simple mensaje puede ser la chispa que encienda la esperanza en un corazón vulnerable.