En los últimos días, Salta se ha visto sacudida por una serie de desapariciones que han generado incertidumbre y miedo entre sus habitantes. Rosmery Aramayo y Jesica Gutiérrez siguen sin aparecer, mientras que nuevos casos se suman a la lista, evidenciando una problemática que parece no tener fin. La provincia, ya conocida por ser una de las más afectadas por este tipo de sucesos, enfrenta una creciente sensación de inseguridad.
Valentina Ana Paula, de 14 años, es una de las más recientes víctimas de esta ola. Desaparecida desde el 27 de febrero, la joven vive en el barrio Los Eucaliptos y fue vista por última vez con un piercing en la nariz, cabello negro hasta los hombros y una contextura delgada. Su familia y las autoridades piden ayuda para encontrarla, mientras la comunidad se moviliza en su búsqueda.
Otro caso que preocupa es el de Ana Belén Romero, de 20 años, quien no regresó a su hogar en el barrio Santa Ana desde el 15 de febrero. Con cabello rojo oscuro, tez trigueña y un tatuaje de dos mariposas en el hombro izquierdo, su desaparición ha dejado a sus seres queridos en estado de desesperación.
Mientras tanto, en Jujuy, la búsqueda de Micaela Magalí García, una joven salteña de 22 años, ha encendido las alarmas. Desaparecida desde el 22 de febrero, su familia sospecha de su pareja, a quien describen como violento. Con tatuajes en el muslo y tobillo izquierdo, su caso refleja la gravedad de una situación que trasciende fronteras provinciales.