“Los dueños del pueblo”: un grupo de patoteros hostigan impunemente a los vecinos de Campo Quijano

“Los dueños del pueblo”: un grupo de patoteros hostigan impunemente a los vecinos de Campo Quijano

En el corazón de Campo Quijano, cuando el sol estaba en su punto más alto, un trabajador minero se convirtió en la nueva víctima de un grupo que parece haber tomado el barrio Progreso como su propio feudo. Salió a comprar una gaseosa y terminó con 43 puntos de sutura. ¿La razón? Atreverse a cruzarse con una patota que, al parecer, tiene el poder de apuñalar y salir impune. Mientras los gritos del hombre resonaban, su suegro lo cargó al hospital, dejando en la calle el eco de una pregunta: ¿Qué está haciendo la policía?

El trabajador, que acababa de bajar de las minas para pasar las fiestas con su familia, no tuvo oportunidad de defenderse. En pantuflas y desarmado, enfrentó a siete personas que lo atacaron con cuchillos, dejando en su cuerpo las marcas de una comunidad abandonada. La familia denuncia amenazas constantes: "Dijeron que lo van a matar a él y a sus hijos". Y mientras tanto, los agresores caminan libres, armados con cuchillos, botellas y hasta un hacha.

Viviendo tras las rejas... pero sin cárcel
En un giro irónico, los vecinos de Progreso están más encerrados que los propios agresores. Casas apedreadas, robos constantes y un miedo que los obliga a atrincherarse. "La comisaría no quiso recibir la denuncia porque dicen que no es su jurisdicción. ¿Entonces de quién es? ¿Del grupo de ‘cuchilleros’ que mandan acá?" La incredulidad de los vecinos aumenta con cada excusa oficial.

En el barrio Progreso, el temor reina. Los vecinos no buscan venganza, solo un poco de paz. Pero mientras tanto, la ironía es evidente: quienes deberían estar tras las rejas caminan libres, mientras los inocentes viven presos del miedo.

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