"Fue desgarrador ver al caballo tirado en el asfalto, golpeado para que se levante", relata Lucas Iñigo, proteccionista salteño, tras el escándalo en la procesión de Mendoza y Pellegrini. El animal, agotado y maltratado, estuvo 15 minutos sin poder moverse mientras lo azotaban. Pero lo peor vino después: un gaucho fue grabado atacando a un perro callejero con un rebenque.
"El perrito no hizo nada, solo estaba ahí", denuncia Iñigo. El video, viralizado en redes, muestra al hombre golpeando al animal frente a familias y niños, generando indignación. El can, conocido en la zona por ser sociable, quedó traumatizado pero a salvo. "Estos perros son protectores del centro, evitan conflictos entre jaurías", explica el activista.
Los casos reavivaron el debate sobre el uso de animales en tradiciones. "No es solo esto: el turf, la doma y las pialadas también son maltrato", afirma Iñigo. Para él, Salta debe evolucionar: "¿Por qué no desfilar a pie? Los caballos merecen libertad, no ser forzados hasta el colapso".
Las redes estallaron. Muchos salteños apoyan el cambio: "Las tradiciones no deben ser sinónimo de crueldad", escribió un usuario. Otros defienden la cultura gaucha, pero Iñigo insiste: "Amar nuestra provincia también es cuidar a sus animales".
