"No volveremos a clases con migajas", sentenció Victoria Cervera, líder del SITEPSa, tras rechazar el 10% de aumento ofrecido por el Gobierno provincial. Unos míseros $3.600 que, según los maestros, no cubren ni el transporte semanal. El conflicto escaló y confirmaron que no habrá clases tras el receso invernal.
"Nos están empobreciendo", denunció Cervera en diálogo con Aries. Reveló que muchos docentes sobreviven endeudados con tarjetas para comprar comida o abrigo. "El Gobierno lo sabe, pero insiste en ajustarnos", agregó, mientras la inflación devora sus salarios. Un contraste brutal: en otras provincias, las paritarias superan el 20%.
La pulseada sigue. El 15 de julio, una asamblea masiva definirá si aceptan la propuesta o radicalizan la protesta. "Será el momento de decidir si seguimos tolerando este ajuste", advirtió la sindicalista, dejando entrever que un paro indefinido está sobre la mesa.
El Gobierno salteño, insiste en que el aumento es "viable", pero los docentes exhibieron recibos: en un año, perdieron el 40% de su poder adquisitivo. "No es negociable: exigimos un salario que alcance para vivir", remarcó Cervera.
Las aulas permanecerán vacías, y la bronca crece. "Si no hay solución, la crisis educativa será imparable", alertaron desde el gremio. Padres y alumnos temen que el año lectivo se pierda.