El río Pilcomayo, en Salta, Argentina, ha desbordado nuevamente, dejando a más de 1.000 familias damnificadas y 15 comunidades completamente aisladas. La crecida, que alcanzará su punto máximo este domingo al mediodía, ya ha arrasado viviendas y amenaza infraestructuras clave. Las autoridades y organizaciones de rescate trabajan contra reloj, pero los recursos son insuficientes para cubrir la magnitud de la emergencia.
En medio del caos, una historia de amor y lealtad ha conmovido a todos: un niño rescatado se negó a abandonar a su perro, su compañero fiel, demostrando el espíritu inquebrantable de las comunidades salteñas. Este gesto simboliza la resistencia de quienes enfrentan la adversidad con valentía, a pesar de las pérdidas materiales y emocionales.
La situación es crítica: los hospitales están en alerta máxima y se han priorizado evacuaciones de embarazadas y personas vulnerables. Los afectados exigen soluciones definitivas para evitar futuras tragedias, ya que las inundaciones son recurrentes en la región. Expertos advierten que, sin medidas urgentes, la crisis podría extenderse y agravarse en los próximos meses.
