La encargada de una de las remiserías más grandes de Salta ha sido noticia nuevamente, pero no por buenas razones. Bajo amenazas de aumentar la "diaria" (pago obligatorio que los choferes deben realizar a las agencias), logró que algunos conductores se unieran a una marcha contra Uber. Este movimiento, organizado por los dueños de las agencias, busca frenar la competencia que amenaza su lucrativo negocio.
De la explotación a la protesta forzada
Los choferes de remises llevan años luchando contra un sistema que los mantiene en condiciones cercanas a la esclavitud. Las remiserías operan en lugares precarios, sin servicios básicos como agua o luz, y muchas no cumplen con los requisitos legales para funcionar. A pesar de esto, los trabajadores son obligados a pagar una cuota diaria, incluso cuando no reciben viajes suficientes para cubrir sus gastos.
Amenazas y resistencia
En el pasado, cuando los choferes intentaban manifestarse para mejorar sus condiciones, eran amenazados con la pérdida de sus "cuadernos" (permisos para trabajar) y, por ende, su sustento. Hoy, con la llegada de Uber, los agencieros ven peligrar su negocio y recurren nuevamente a la intimidación para que los choferes defiendan intereses ajenos. Mientras tanto, los trabajadores siguen siendo explotados por un sistema que solo beneficia a unos pocos.