"Soy madre soltera y me ocupo de trabajar, mantener a mis hijos y mi casa", declara Jessica Juárez, vecina del barrio de Pinares, quien se convirtió en blanco de una cruel difamación. El viernes 27 de junio, a las 00:40, colgaron dos pasacalles llenos de mentiras: uno frente a la escuela de sus hijos y otro cerca de su hogar.
La responsable sería la hermana del progenitor de sus hijos, quien llegó en marzo a trabajar en una panadería de la avenida y, en lugar de apoyar a sus sobrinos, gastó dinero en difamar a Jessica. "No existe ningún amante en mi vida, solo mi lucha diaria", afirma con indignación.
Hace 6 años que Jessica exige que el padre cumpla con su obligación. En febrero hubo un juicio, pero ni un centavo llega para sus hijos, y la familia paterna los ignora por completo. "Ni tío, ni abuelo, nadie pregunta por ellos", revela con dolor.
Con firmeza, Jessica advierte: "Amo mi vida, pero si algo me pasa después de esto, ya saben de dónde viene". Y cuestiona a su difamadora: "¿Cómo 'tía' y 'mujer' no tenés empatía por tus sobrinos?".
A pesar del dolor, Jessica invita a todos a su peluquería, donde recibirán un servicio gratuito como gesto de agradecimiento a quienes la apoyaron. "Las espero con el corazón abierto", dice con esperanza.
