En medio de la crisis que atraviesan las personas con discapacidad en Argentina, un vecino de Salta vive un calvario tras enterarse de que ANSES le suspendió la pensión por discapacidad, su único ingreso, sin previo aviso. Ahora enfrenta deudas, dos hijos en el colegio y un sistema burocrático que le cierra las puertas para recuperarla.
“Ayer fui al banco a cobrar y me di con que me habían suspendido la pensión. Me dijeron que tengo que hacer todos los papeles de nuevo. Tengo cuentas que pagar y dos hijos que mantener”, relató con angustia. Su caso, revelado en diálogo con Somos La Mañana, expone la crudeza de un sistema que no contempla la urgencia de quienes dependen de esa ayuda.
Pese a no contar con sus piernas, desde el organismo le exigieron presentar radiografías y su historia clínica completa. “En el hospital San Bernardo me dijeron que para traumatólogos no hay turnos”, contó. La burocracia sanitaria agrava su situación, dejándolo atrapado entre la falta de atención médica y la presión de los requisitos.
La pensión que percibía rondaba los 200 mil pesos, pero con descuentos quedaba en unos 170 mil. “No es mucho, pero me alcanzaba para cubrir lo básico. Ahora no tengo nada”, lamentó. El golpe económico es total y lo deja en una situación límite.
El hombre asegura que nunca recibió una notificación previa de ANSES y desconoce cuánto tiempo podría demorar en recuperar el beneficio. Mientras tanto, las cuentas se acumulan y la incertidumbre crece. Organizaciones de discapacidad advierten que casos como este se multiplican y exigen que se agilicen los controles para evitar que más personas queden desamparadas.