Dos altos mandos de la Gendarmería Nacional protagonizaron un violento episodio en CABA en la madrugada del 19 de abril. Los oficiales, en estado de ebriedad, golpearon a policías que intentaron detenerlos y dañaron un patrullero.
El Primer Alférez M. S. B. (29), instructor en la Escuela de Gendarmería "Gral. Güemes", y la Segundo Comandante A. E. C. (37), destinada al Edificio Centinela, llevaban años de carrera intachable. Pero esa noche, el alcohol los transformó: insultos, golpes y patadas al móvil policial marcaron su descenso.
"No me conoce, ¿sabe quién soy?"
Testigos relatan que los gendarmes se negaron a identificarse y desataron su furia cuando los agentes insistieron. El oficial agredido, Sebastián Battocletti, recibió un puñetazo en el rostro que lo dejó con traumatismos. Mientras, su compañera empujaba a los policías, gritando que "esto no podía pasarles a ellos".
Detenidos por sus propios colegas
Reducidos y llevados a la comisaría, el alférez siguió violento, pateando la puerta del patrullero hasta abollarla. El test de alcoholemia confirmó 0.96 g/l. Ninguno portaba documentación, tampoco del automovil.
Las carreras truncadas: Ambos enfrentan causa penal y sumario administrativo. La Gendarmería, institución que los formó, no se ha pronunciado, pero el escándalo ya genera repercusiones internas. ¿Conducir ebrios y agredir a colegas? Un acto inadmisible para quienes deben velar por la ley.