El Congreso se convirtió en un campo de batalla este miércoles, cuando diputados oficialistas y libertarios disidentes se enfrentaron en una trifulca que incluyó golpes, insultos y hasta un vaso de agua lanzado al aire. La sesión, que comenzó con un gesto de unidad al aprobar por unanimidad la emergencia en Bahía Blanca, terminó en anarquía tras el intento del kirchnerismo de ratificar a Marcela Pagano como presidenta de la Comisión de Juicio Político.
La tensión estalló cuando Lilia Lemoine, una de las principales figuras del bloque libertario, increpó a la diputad Marcela Pagano, acusándola de dar quorum. Pagano no se quedó callada y respondió con un contundente “fuck you” y el calificativo de “forra”. La escena escaló rápidamente cuando Rocío Bonacci, otra diputada libertaria, le arrojó un vaso de agua a Lemoine, mientras los gritos inundaban el recinto.
Pero el enfrentamiento no se limitó a las palabras. Oscar Zago, exoficialista y aliado de Pagano, se trenzó a golpes con el libertario Lisandro Almirón. La pelea física fue el punto culminante de una jornada marcada por la desconfianza y los roces internos dentro del bloque libertario, que ya había expulsado a Zago como jefe de bancada por su apoyo a Pagano.
Con el quorum al límite, el presidente de la Cámara, Martín Menem, decidió dar por finalizada la sesión, lo que desató la furia del kirchnerismo. Máximo Kirchner lideró las críticas, acusando a Menem de no poder garantizar el orden. “Entonces no podés ser presidente”, le espetó Kirchner, mientras afuera del Congreso, un operativo de seguridad intentaba contener una movilización de jubilados que reclamaban por mejoras en sus haberes.
El episodio dejó en evidencia las profundas divisiones políticas y la falta de diálogo en el Congreso, donde los intereses partidarios parecen primar sobre el bien común. Mientras tanto, la ciudadanía observa con preocupación cómo los representantes del pueblo convierten el recinto en un ring de boxeo.