La detención del senador Edgardo Kueider en Paraguay con 200 mil dólares sin declarar ha provocado un terremoto político en Argentina. El legislador, quien ingresó al Congreso en 2019 por el peronismo y posteriormente se acercó a La Libertad Avanza, fue detenido en la Triple Frontera, desatando una serie de acusaciones cruzadas entre el gobierno de Javier Milei y la oposición.
La expresidenta Cristina Kirchner elevó la temperatura del debate al desafiar públicamente al presidente Milei a través de las redes sociales, exigiendo una sesión especial para remover a Kueider de su cargo. El bloque de Unión por la Patria, con 33 senadores, solicitó formalmente a la vicepresidenta Victoria Villarruel la convocatoria para el próximo jueves, buscando alcanzar el quórum necesario de 37 legisladores.
El caso ha revelado las tensiones subyacentes en el Senado, donde la posible destitución de Kueider podría beneficiar al kirchnerismo. Su reemplazo sería Stefanía Cora, referente de La Cámpora en Entre Ríos, lo que elevaría a 34 el número de senadores kirchneristas, acercándolos peligrosamente al quórum necesario para sesionar.
En respuesta, el gobierno de Milei ha contraatacado con una propuesta audaz: aplicar la misma regla de destitución a todos los legisladores con causas judiciales abiertas. Esta medida podría afectar a figuras prominentes como Santiago Cafiero, Victoria Tolosa Paz, Rodolfo Tailhade, Máximo Kirchner y Oscar Parrilli, generando un debate sobre la transparencia y la idoneidad de los representantes en el Congreso.
La situación de Kueider, quien permanece bajo arresto domiciliario en Asunción junto a su secretaria Iara Guinsel Costa, ha catalizado un conflicto mayor que podría redefinir la composición del poder legislativo argentino. La encuesta lanzada por el vocero presidencial Manuel Adorni sobre la destitución de legisladores con causas judiciales ha recibido un contundente apoyo del 92% de los votantes.