El cuerpo sin vida de Alcides Rivero (19), joven wichí desaparecido hace diez días, fue encontrado en el río Tartagal (Salta) en estado de descomposición. Lugareños lo descubrieron desde una elevación y alertaron a las autoridades, según reportes de redes sociales. Su desaparición, denunciada por la familia, nunca fue difundida oficialmente para su búsqueda.
La familia identificó el cuerpo en la morgue entre dolor y reclamos. Mientras la Policía investiga las causas de la muerte, la comunidad de Km 6 y organizaciones sociales preparan una vigilia para exigir respuestas. "Nadie lo buscó", denunció un familiar en redes, destacando la desprotección hacia los pueblos originarios.
El caso revive la polémica por la falta de protocolos en desapariciones de indígenas. Activistas señalan que, como en otros casos, las autoridades actuaron con negligencia. "Si hubiera sido alguien más, la búsqueda habría sido inmediata", afirmó un referente wichí.
¿Justicia para Alcides? La comunidad exige una investigación transparente y medidas para evitar más muertes invisibilizadas. Mientras, el río Tartagal se convierte en símbolo de una lucha que trasciende fronteras.