El río Pilcomayo, en plena crecida, mantiene en vilo a Santa Victoria Este, Salta. Con más de mil familias afectadas y 15 comunidades aisladas, las autoridades intensifican los operativos de evacuación preventiva. El pico máximo de la crecida se espera para el mediodía del domingo, lo que podría agravar la emergencia. Las comunidades de Hito 1 y Santa María ya están siendo trasladadas a La Curvita, un sector seguro junto a la ruta provincial 54.
Hugo González, vocero de las comunidades indígenas, alertó que el río ya arrasó con dos viviendas y amenaza con derribar una tercera. Además, las instalaciones de Gendarmería y la Aduana están en riesgo. "La defensa de la comunidad La Estrella ya cedió", advirtió González, mientras los pobladores reclaman una "mega obra" para evitar futuras tragedias.
El Comité de Emergencia, junto al Ejército Argentino y Gendarmería Nacional, coordina la logística de la emergencia. Se distribuyen alimentos, agua y colchones, pero los damnificados denuncian que la ayuda es insuficiente. Vialidad Provincial aportó tres camiones, mientras la Secretaría de Recursos Hídricos monitorea en tiempo real los niveles del río.
La Secretaría de Medicina Social ha georreferenciado a la población de mayor riesgo, evacuando a dos embarazadas con partos cercanos y monitoreando a otras cinco. Equipos médicos extramuros, con pediatras y ginecólogos, reforzarán la atención en los próximos días. El hospital local permanece en alerta, atendiendo emergencias como el traslado de un bebé con dificultades respiratorias.
Mientras Bolivia reporta una tendencia bajante en la cuenca alta, en Salta los niveles del río siguen en alerta roja. El temor a un cambio abrupto en el cauce persiste, y muchos pobladores, recordando la desaparición de La Curvita en 2018, optan por autoevacuarse. Las autoridades instan a seguir las recomendaciones oficiales mientras la emergencia continúa.