Gral. Güemes, Salta - En un acto que dejó a más de uno con la boca abierta, el intendente Carlos Rosso no solo negó haber ordenado la represión de una protesta vecinal, sino que además se despachó con un insulto hacia la policía: "Tenemos una Fuerza de Seguridad que, además de burra, es ineficiente". ¿Maltrato al trabajador policial? Parece que sí. ¿Responsabilidad política? Cero.
En un video que ya recorre las redes, Rosso intenta lavarse las manos mientras arroja a la policía debajo del colectivo. "Yo no mandé a la Fuerza de Seguridad", asegura, pero no pierde la oportunidad de descalificar a quienes, según él, actuaron por su cuenta. ¿El problema? Que los agentes son trabajadores que cumplen órdenes, no chivos expiatorios para salvar la imagen de un intendente en apuros.
Mientras Rosso se refugia en su discurso de "causa judicial" y denuncias, los policías quedan expuestos no solo al desprecio público, sino también al insulto de un jefe político. ¿Qué mensaje envía un funcionario que, en lugar de asumir responsabilidades, opta por humillar a quienes trabajan en las calles?