"La familia que roba unida, permanece unida" parece ser el lema no oficial de los Mazzone. Este miércoles, Juan Rosario "Chicho" Mazzone, exintendente de El Bordo, y su hijo César Daniel Mazzone, fueron condenados a un año de prisión condicional e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. ¿El motivo? Negociaciones incompatibles con la función pública. Sí, otra vez. Parece que la corrupción es un hábito difícil de dejar.
El caso que los hundió: durante su gestión, "Chicho" decidió que la mejor manera de hacer obras municipales era contratar una excavadora... de su propio hijo. ¿Casualidad? No tanto. El Concejo Deliberante de El Bordo destapó el pastel, revelando que las normas de contratación pública fueron ignoradas más que las dietas de año nuevo. Aunque "Chicho" intentó justificarse diciendo que no había máquinas disponibles en la zona, la jueza Carolina Sanguedolce no se dejó engañar y les dio una sentencia que huele a justicia.
Un historial que da vergüenza ajena: esto no es la primera vez que "Chicho" Mazzone se mete en líos. En 2017, ya había sido condenado por corrupción de menores, un escándalo que lo llevó a la intervención de la intendencia de El Bordo en 2015. A pesar de su historial, intentó volver a la política en 2017. Pero con esta nueva condena, parece que su carrera política ha llegado a su fin. Al menos, eso esperamos.
Mientras "Chicho" y su hijo se preparan para vivir su condena condicional (y sin cargos públicos), queda la pregunta: ¿cuántos más como él siguen campando a sus anchas? Por ahora, al menos, la justicia ha puesto un freno a esta saga de corrupción familiar. Aunque, como bien sabemos, en la política argentina, nunca hay finales definitivos.
