El expresidente Alberto Fernández fue procesado por el juez federal Julián Ercolini en una causa de violencia de género presentada por su ex pareja, Fabiola Yañez. Sí, el mismo hombre que lideró el país ahora enfrenta cargos por lesiones, amenazas y abuso de poder. ¿Ironía? La vida política argentina nunca decepciona.
A pesar de que Fernández negó las acusaciones, el juez encontró pruebas contundentes: fotos, videos y hasta informes psicológicos y psiquiátricos respaldan la denuncia. Según los detalles, la violencia habría ocurrido desde 2016, en un contexto de poder asimétrico y con un menú completo de maltratos: psicológico, físico y económico. ¿Un expresidente con problemas de control? Parece que el poder no solo corrompe, sino que también expone.
Como medida cautelar, el juez levantó la prohibición de salida del país, pero con una condición: Fernández debe informar cada detalle de sus viajes. Eso sí, no puede acercarse a Yañez en un radio de 500 metros. ¿Un toque de modernidad en las restricciones? Al menos ahora puede viajar, pero con un GPS judicial pegado a la espalda.
Las posibles consecuencias son graves: si se comprueban los delitos, el expresidente podría enfrentar una pena de 3 a 18 años de prisión. Mientras la causa sigue en investigación, el escándalo promete sacudir no solo el ámbito judicial, sino también el político. ¿Será este el final de la carrera de Fernández?