"Los quiero puteando y gritando", así arengó Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, a los legisladores de La Libertad Avanza en audios filtrados. Los mensajes, difundidos por Jorge Rial, revelan una estrategia para entorpecer la sesión clave del miércoles, donde se debatirá el DNU 179/25 y el acuerdo con el FMI. Menem llamó a sus colegas a no ser "pacíficos" y a mantener los "dientes apretados" en lo que calificó como "la sesión más importante de los últimos 20 años".
Coordinación para el desorden
Según los chats, la diputada Nadia Márquez organizó un listado de legisladores encargados de generar disturbios. Entre ellos figuran Mercedes Llano, Lilia Lemoine, Álvaro Martínez, César Treffinger y Claudio Lisandro Almirón. Esta maniobra se suma a los incidentes de la semana pasada, cuando una pelea entre oficialismo y oposición suspendió la sesión. Los audios confirman que aquel altercado fue parte de un plan para evitar el tratamiento del DNU de Milei.
Mientras los audios salían a la luz, el Congreso amaneció con un operativo de seguridad sin precedentes. Un total de 900 efectivos de la Policía de la Ciudad y fuerzas federales fueron desplegados para contener la marcha de jubilados y evitar desmanes. El clima de tensión refleja la polarización que vive el país ante las medidas económicas del gobierno.
Los audios no solo exponen una estrategia de confrontación, sino que también ponen en duda la seriedad del debate democrático. Expertos advierten que estas acciones podrían profundizar la crisis política y afectar la credibilidad de las instituciones.
¿Qué sigue?
Con el país pendiente de la sesión, la pregunta es si el oficialismo logrará imponer su estrategia o si la oposición podrá garantizar un debate transparente. Una cosa es clara: el Congreso se ha convertido en el epicentro de una batalla que define el futuro de Argentina.