La muerte de Milagros Gutiérrez, una joven de 18 años, ha dejado más preguntas que respuestas. Según la fiscalía, la autopsia reveló que falleció por una "patología de base", descartando signos de violencia física. ¿Un cierre rápido o una explicación demasiado conveniente? Lo cierto es que la Unidad de Femicidios intervino tras la presión mediática y las declaraciones de la familia, quienes aseguraban que su muerte podría estar relacionada con un hecho violento.
El caso tomó relevancia cuando los medios difundieron la noticia y la fiscal Mónica Poma decidió abrir una investigación. Los familiares de Milagros no dudaron en señalar que algo no cuadraba. Sin embargo, los profesionales del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) aseguran que no hay rastros de violencia. ¿Será que la ciencia no miente o simplemente no se está mirando bien? La fiscal, por su parte, insiste en seguir investigando, como si algo le dijera que esto no termina aquí.
Mientras tanto, la comunidad sigue preguntándose: ¿qué pasó realmente con Milagros? ¿Fue realmente una enfermedad no detectada o hay algo más detrás de esta trágica historia? La fiscalía insiste en que no hay indicios de violencia, pero la duda persiste. Y es que, en un mundo donde las cosas rara vez son lo que parecen, la muerte de una joven siempre deja un sabor amargo.