Durante más de 30 años, una pareja de adultos mayores vendió bollitos de fraile para sobrevivir. Sin cocina, sin heladera, y a la intemperie, preparaban la masa y freían los bollos a leña frente a su casa, entre maderas y ollas gastadas. “Si no vendemos, no comemos”, confesó el hombre con resignación, reflejando la dura realidad que vivían cada día.
Pero una visita inesperada les devolvió la esperanza. El influencer salteño Jorgito Díaz, conocido por sus gestos solidarios, los encontró y decidió actuar. Compró toda la producción por $200.000, mucho más de lo que pedían. Luego, sin previo aviso, los llevó de compras, les regaló ropa nueva y hasta los llevó a la peluquería. “Hace 30 años que no compro ropa”, dijo el señor entre lágrimas.
La sorpresa final fue la más emotiva: una cocina nueva, una heladera llena de mercadería y un mensaje cargado de amor. Al ver los regalos, la señora abrazó a Jorgito y rompió en llanto: “Con esta cocina voy a poder preparar milanesas y vender, esto va a ayudar mucho a nuestro emprendimiento”.
La historia se volvió viral en redes sociales, con miles de personas compartiendo el gesto y dejando mensajes de admiración. Todo fue posible gracias a las donaciones que recibe la fundación del influencer, quien expresó: “Ayudar no cuesta tanto si se hace con el corazón”.
Lo que comenzó como una compra de bollitos, terminó en un acto transformador. Un gesto que les devolvió dignidad, herramientas y una nueva oportunidad para seguir adelante. La pareja, ahora con esperanza renovada, sueña con agrandar su negocio y dejar atrás años de necesidad.
Historias como esta nos recuerdan que todos podemos hacer una diferencia. Solo hace falta mirar al otro y tender una mano cuando más lo necesita.