En plena cuenta regresiva hacia las fiestas de 2025, el reconocido jurado de MasterChef, Damián Betular, vuelve a sorprender —y a sacudir los bolsillos— con su característico pan dulce, esta vez a un impactante precio de $56.000. La receta promete una experiencia “premium”, con avellanas tostadas, naranjas confitadas y chocolate semiamargo, elevando el nivel del clásico navideño. Mientras miles de familias luchan por sostener la mesa de fin de año, esta creación se convierte en un símbolo de los fuertes contrastes económicos que atraviesa el país.
Pero eso no es todo: su propuesta navideña incluye un cascanueces de chocolate por $54.000 y turrones de sabores exclusivos —pecan y frambuesa, maní con caramelo, avellanas y cookies— a $28.000 cada uno. “Es un lujo que no todos pueden darse”, comentó una vecina indignada. La polémica está servida: ¿es arte gastronómico o exceso en tiempos de crisis? La sociedad ya debate y muchos piden precios más accesibles para que la Navidad no se convierta en un privilegio de pocos.
