Una escena insólita se vivió a finales de enero en la Comisaría Tercera de Florencio Varela, Buenos Aires, cuando agentes de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense encontraron a un detenido tomando mates con el comisario a cargo. El preso, identificado como Marcos Rosseti, es un exagente de la misma comisaría, detenido por un caso de "gatillo fácil". La situación se descubrió durante un allanamiento ordenado por la Fiscalía N° 2, tras una denuncia anónima que alertó sobre irregularidades en el lugar.
Rosseti estaba imputado por el ataque a Ruth Cabral, una mujer de 31 años que recibió un disparo de escopeta durante un disturbio vecinal en noviembre de 2024. Según testigos, Cabral intentó tomar el arma del agente, lo que provocó un disparo accidental. Sin embargo, la gravedad de las heridas y las declaraciones en la causa llevaron a imputar a Rosseti por "homicidio agravado en grado de tentativa". Pese a su detención, el exagente nunca habría estado en una celda, sino que habría permanecido libre dentro de la comisaría.
La investigación sugiere un posible encubrimiento dentro de la fuerza policial. Rosseti, quien prestaba servicios en la misma comisaría antes de su detención, habría sido privilegiado por sus excompañeros. Tras el allanamiento, fue trasladado a la Alcaidía de Florencio Varela el 1 de febrero. La Fiscalía avanza para determinar quiénes facilitaron su permanencia fuera de la celda y qué sanciones enfrentarán los responsables.
Ruth Cabral, la víctima del disparo, fue internada en estado crítico en el Hospital Mi Pueblo de Villa Vatteone. El caso generó controversia debido a las versiones contradictorias sobre el incidente. Mientras la defensa de Rosseti intentó que se lo acusara por "lesiones culposas", el juez sostuvo la carátula de "lesiones agravadas" basándose en pruebas y testimonios.
Este caso expone serias irregularidades en el sistema policial y plantea dudas sobre la transparencia en el manejo de detenidos. La investigación continúa para esclarecer si hubo encubrimiento y qué responsabilidades recaen sobre los implicados.