Aerolíneas Argentinas ha tomado una postura firme contra los recientes paros y "asambleas informativas" realizadas por los gremios aeronáuticos. La empresa nacional anunció que presentará una denuncia formal contra estos sindicatos, alegando pérdidas de más de 2 millones de dólares debido a las medidas de fuerza. Esta acción legal busca responsabilizar a los gremios por los perjuicios ocasionados y el lucro cesante de la operación.

 La tensión se intensifica con la decisión de expulsar al líder sindical Pablo Biró del directorio de la compañía. Aerolíneas argumenta que la conducta de Biró, como parte del directorio, ha sido desleal y va en contra de los intereses de la empresa. Esta medida, respaldada por la Secretaría de Transporte, marca un punto de inflexión en las relaciones laborales dentro de la industria aérea argentina.

Como parte de su estrategia para contrarrestar las medidas gremiales, Aerolíneas Argentinas ha implementado descuentos salariales a más de 400 empleados, incluyendo pilotos, copilotos y tripulantes. Estos descuentos, que promedian los $150,000 por día para pilotos y $50,000 para tripulantes, se aplican por incumplimiento de tareas y afectación a la programación de vuelos.

El conflicto se desarrolla en un contexto donde el gobierno nacional busca declarar el servicio aéreo como esencial, una medida que garantizaría una continuidad mínima del servicio durante futuras protestas. Esta decisión ha sido recibida con fuertes críticas por parte de los gremios aeronáuticos, quienes advierten sobre la posible violación del derecho constitucional a la huelga.

La situación actual refleja un complejo panorama en el sector aéreo argentino, donde los intereses de la empresa estatal, los derechos laborales y el servicio al público se encuentran en un delicado equilibrio. Mientras Aerolíneas Argentinas busca mantener la operatividad y reducir pérdidas, los gremios luchan por defender los derechos de sus afiliados en un contexto económico desafiante.